domingo, 9 de mayo de 2010

¿Inflación o reacomodamiento de precios?

Hace ya varios días que se discute, sobre todo desde el gobierno nacional, si existe inflación o no. He escuchado hace poco al jefe de Gabinete, el Dr. Aníbal Fernández, decir que la inflación es la suba generalizada de precios y que como no son todos los precios los que suben, no hay inflación. Correcto, aunque con sabor a poco. Lo cierto es que si bien la definición es correcta, los precios que suben suelen ser los incluidos en la canasta de consumo –bienes y servicios- del grueso de la población, tales como alimentos, vestimenta, combustibles, medicina prepaga, colegios privados, por nombrar algunos.
Por otra parte, algunos otros funcionarios han dicho que la asignación universal por hijo ha integrado una gran parte de la población al consumo y que esa presión sobre la demanda, sumada a la falta de inversión del sector empresario, impulsaba el aumento de algunos precios, sobre todo de alimentos.
Nuevamente, los argumentos son ciertos, pero incompletos. La inflación es el aumento generalizado del nivel de precios, aunque puede admitirse el aumento de algunos precios de Argentina como inflación (y, de hecho, pienso que lo es). También la inversión en nuestro país está por debajo de los niveles deseados, pero es necesario entender que la inflación es un fenómeno macroeconómico y que se explica por una mezcla de demanda, emisión monetaria, inversión y tipo de cambio, principalmente.
Ahora bien, asumiendo que existe inflación… ¿es realmente malo eso? En principio sí, pues la inflación limita el poder adquisitivo de las personas y, a la larga, erosiona el consumo; es una medida de ajuste por la cual los estados licúan sus pasivos, aumentan su recaudación de acuerdo al “impuesto inflacionario” y las empresas ajustan sus costos de salarios. Eso requiere ser visto, y creo estar de acuerdo con un grupo de muy prestigiosos economistas que piden un plan de fijación de pautas de inflación, lo que creo es la mejor solución, ya que es la menos traumática.
Ah…entonces estamos mal, como dice la tele… ¿no? Absolutamente, NO!!! La inflación es un indicador malo por sí solo, pero como dijo el Lic. Nicolás Salvatore (Director de la consultora Bs As. City) la inflación desde 2003 no es monetaria, es decir, no viene por la emisión de dinero, o “la maquinita”. Eso, sumado a que el consumo de distintos sectores como, por ejemplo, el automotor, las ventas de supermercados, el aumento de producción industrial y la reactivación incipiente de los niveles de construcción, muestran que la inflación es un indicador más de reactivación económica. Lo importante -a mi criterio- es controlarla antes de que resulte un problema, ya que, pese a lo que se diga, es alta.
En resumen: el contexto es favorable, el crecimiento económico es moderado y sostenido, la crisis de Grecia difícilmente afecte las exportaciones Argentinas, aunque tal vez entorpezca un poco la facilidad de obtener financiamiento. Es momento de asumir que el aumento de precios, si bien no es “generalizado” es importante y que significa un peligro en un futuro cercano para la economía de la Argentina.

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